Siendo alrededor de las 18:50 horas del pasado 19 de julio 2024, la Señora Cristina Pardo Azúa (QEPD, 84 años) se bajó de la micro del recorrido Melipilla-Lumbreras en el terminal de la Empresa Melibus -instalación que ella arrendaba- en dependencias de la Parcela San Carlos S/N, sector Los Jazmines, Melipilla, ubicada a unos 100 metros del lugar por el costado norte de la Ruta 78 antigua, para solicitar a los choferes, que ella conocía -en su mayoría- desde hace una década, la ayudarán a llevar hasta su casa unas cajas de mercadería que traía tras el cobro de su pensión.
Mientras uno de los trabajadores, Danilo Alberto Morales Araya, llevaba las compras por el interior de la parcela con el propósito de recibirla para abrirle el portón, la occisa se dirigía -en paralelo- a su casa por la vereda de la carretera con dirección al poniente (costa), cuando -según lo indica Morales Araya-: “sintió una fuerte frenada y posterior golpe”.
Tras lo acontecido, en un ambiente de mucha oscuridad y una larga congestión vehícular que iba rumbo a Melipilla, la cual se produce todas las tardes a esa hora (donde muchos transitan a exceso de velocidad), los choferes del terminal, incluyendo a su dueño, José Alberto Peralta Rojas y su familia, salieron rápidamente a ver lo que pasaba observando que la Señora Cristina, quien usaba un bastón ortopédico por sufrir una cifosis dorsal, había sido violentamente atropellada a pasos de su casa con resultado fatal y cuyo autor del trágico hecho se dio a la fuga en dirección desconocida, dejándola muerta encima de la vía.
Producto de lo anterior, los automovilistas, personas y vecinos que actuaron después del accidente, se preocuparon de cubrirla con un nylon negro e hicieron maniobras para regular el tránsito y evitar que pasaran por encima de su cuerpo, dado que carabineros de la 24ª Comisaría se demoró más de 45 minutos en llegar al lugar. En tanto, una ambulancia donde venía una paramédico se bajó para entregar asistencia, pero ya no había nada que hacer y constató la muerte. También se acercó un joven, Alejandro Torres Catalán, que vio un automóvil sedan, desconoce la marca, que la atropelló y se ofreció como testigo.
Durante el procedimiento de rigor, el cuerpo permaneció más de cinco horas en el piso a la espera de la llegada de la SIAT y el Servicio Médico Legal, ante la expectación y dolor de la familia y vecinos que llegaron al lugar para dar las condolencias.
Mes incierto de dolor e impotencia
A más de dos mes del fallecimiento de la Sra. Cristina, sus deudos claman justicia, debido a que la Fiscalía Metropolitana Occidente solo tiene en su portal en línea tres procedimientos: el informe forense del Servicio Médico Legal, la SIAT y el parte policial. Motivo por el cual hoy, 30 de septiembre, la hija de la occisa, junto a su abogado, Cristian Marín Miranda, presentaron una querella criminal en el Juzgado de Garantía de Melipilla, contra quienes resulten responsables por este lamentable hecho, como además, iniciaron una campaña mediática en redes sociales donde -a través de una gráfica que indica se busca al asesino o asesina de la adulta mayor (QEPD)- espera lograr antecedentes de quienes hayan visto algo el día del fatal acontecimiento, llamando al número +569 8934 9825.