Iniciamos un nuevo año arrastrando un problema histórico. Hace algunas semanas, el portal Mifuturo.cl, perteneciente al ministerio de Educación, publicó cifras sobre sueldos y empleabilidad para cada profesión. En este listado observamos que Educación de Párvulos se ubica al final de la lista, dentro de las pedagogías, con un sueldo de $1.033.015 y una empleabilidad del 77,2%.
Este antecedente pone en evidencia una preocupante contradicción en nuestro sistema
educativo. Esto porque la evidencia científica es categórica: los primeros años de vida son
fundamentales para el desarrollo integral de niñas y niños. Es en esta etapa donde se
forman los cimientos para el aprendizaje futuro, el desarrollo de las habilidades
socioemocionales y las trayectorias educativas.
A pesar de esto, educadoras y educadores de párvulos, quienes tienen en sus manos la
enorme responsabilidad de guiar y estimular estos primeros pasos en la educación,
reciben sueldos que no reflejan la trascendencia de su labor.
En un país que aspira a reducir las brechas de desigualdad, garantizar oportunidades
para todos y todas y mejorar los indicadores de desarrollo humano, resulta incongruente
que una profesión que contribuye de manera tan decisiva al progreso social esté entre las
peores remuneradas.
Es hora de que como sociedad pongamos en el centro de nuestras prioridades a la
educación inicial, comenzando por dignificar el rol de educadoras y educadores de
párvulos con sueldos justos y condiciones laborales adecuadas. Reconocer su aporte
conlleva no solo justicia para ellas y ellos, sino también una inversión directa en el futuro
de niñas y niños y, por ende, en el desarrollo de nuestro país.
Por María de la Luz González, directora ejecutiva Fundación Educacional Oportunidad.