Mediante un comunicado de prensa enviado hace algunos días, Carabineros manifestó que ofició al Ministerio Público para que la cantante Mon Laferte sea citada a declarar ante los fiscales que investigan los incendios en el Metro de Santiago. Esta solicitud fue motivada por los dichos de la artista en una entrevista en la que afirmó que “hay muchos casos en donde la misma policía y los militares fueron quienes estuvieron incendiando”. Sin embargo, cabe preguntarse si las declaraciones de Mon Laferte corresponden a una opinión o a una información.
La distinción no es menor, ya que expresar una opinión implica comunicar un parecer subjetivo que no puede ser calificado de verdadero o falso, a diferencia de la información, que difunde un mensaje objetivo, cuya verdad o falsedad puede constatarse.
A mi juicio, las declaraciones de la cantante corresponden a una opinión, es decir, a una crítica contra el actuar de Carabineros. Más que la forma, lo que importa es la finalidad del mensaje. Puede ser que Mon Laferte no tenga información de primera mano sobre la autoría de Carabineros en la comisión de delitos, pero ello no es un obstáculo para que ejerza su libertad de expresión valorando sus actuaciones.
¿Acaso una ciudadana no puede tener legítima desconfianza hacia el actuar de Carabineros en la protesta social? Basta recordar escándalos recientes de Carabineros. Hechos de una gravedad indiscutible que fundamentan una legítima duda sobre las actuaciones de una institución.
¿Por qué los anuncios de Carabineros con respecto a la cantante son un tipo de censura indirecta? Porque tienen por objeto amedrentar y silenciar la crítica contra la institución. No obstante, no debemos olvidar que la libertad de expresión es un pilar de la democracia, que permite formular críticas al actuar del Estado, las que, pese a su dureza, contribuyen a enriquecer la deliberación. En estos días amargos, necesitamos más crítica y menos censura.
Dr. Pietro Sferrazza T., Académico Facultad de Derecho Universidad Andrés Bello