El Día Mundial del Suelo (5 de diciembre) nace desde la Unión Internacional de la Ciencia del Suelo (IUSS), con respaldo de la FAO, y estableciéndose oficialmente por la ONU en 2014. Busca destacar la importancia de este recurso esencial para la supervivencia del planeta Tierra. Su lema 2024 es “Cuidar de los suelos: medir, monitorear, gestionar”, lo cual enfatiza la relevancia de la investigación científica para comprender las características del suelo y respaldar decisiones sobre su manejo sostenible.
En nuestro país, la Universidad de O’Higgins (UOH), pese a su joven historia, se ha convertido en un actor destacado en la investigación aplicada sobre suelos. Es conducida desde el Instituto de Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales (ICA3), ubicado en el Campus Colchagua de la UOH, en San Fernando, a partir del Laboratorio de Ecología Microbiana y Biogeoquímica de Suelos (LEMiBiS), donde se desarrolla investigación en áreas relacionadas con la contaminación de suelos, ciclos biogeoquímicos, enmiendas orgánicas y estado de la conservación de la diversidad edáfica en distintos contextos, incluyendo ecosistemas de humedales, bosques, sistemas agrícolas, relaves, entre otros.
En LEMiBiS, colaboran los académicos Claudia Rojas, Jorge Medina y Humberto Aponte, quienes trabajan en conocer las respuestas de la vegetación del bosque esclerófilo de Chile central a procesos de recuperación post incendio y escasez hídrica. “También estudiamos las condiciones edáficas de costa y precordillera y su relación con el establecimiento de especies herbáceas nativas, y fenómenos de intrusión salina en suelos ribereños y su relación con el ciclo del carbono”, explica la Dra. Rojas.
Agrega que, en contextos de contaminación de suelos de origen antrópico, están trabajando -desde el ICA3- sobre el efecto de los microplásticos y su interacción con metales en los organismos microscópicos de suelo. “Por otro lado, en el área de la reutilización de residuos orgánicos, optimizamos procesos de compostaje para la obtención de enmiendas orgánicas a utilizar en iniciativas de restauración de suelos, fitoestabilización de relaves y agricultura regenerativa, entre otros ejemplos”, detalla la académica.
Estas investigaciones se suman a otras realizadas por las/os académicas/os Paula Toro y Dilier Olivera, como el estudio de las interacciones entre propiedades de suelos, praderas, matorral y ganado en la zona semiárida de Chile; y el manejo nutricional de las plantas y fertilización de cultivos de interés agronómico, respectivamente.
La Dra. Rojas, también presidenta de la Sociedad Chilena de la Ciencia del Suelo, comenta que las investigaciones del ICA3-UOH, en el ámbito de la Ciencia del Suelo, tributan a una mejor comprensión de estos ecosistemas y su comportamiento frente a fenómenos naturales y presiones antrópicas, así como también al levantamiento de información que es fundamental para el manejo sostenible de este recurso natural no renovable. “Este quehacer va en directa relación con el lema de la FAO que este año, y esperamos seguir contribuyendo en esta necesidad de conocer y cuidar más a los suelos para asegurar y conservar los distintos servicios ecosistémicos que estos nos proveen”, asegura.
Este interés también trasciende a la docencia de pregrado y postgrado de la Universidad de O’Higgins. En la Escuela de Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales se forman las/os futuras/os profesionales del área de la Ingeniería Agronómica e Ingeniería Ambiental, con un fuerte compromiso por el estudio y manejo sostenible de los suelos.
En el Magíster de Ciencias Ambientales, que es parte del área de Postgrado de la UOH, la ciencia del suelo se aborda desde una mirada interdisciplinaria y colaborativa junto con otras áreas del conocimiento de las ciencias naturales, y recientemente se está abordando la ciencia del suelo en conjunto con las ciencias sociales. “La investigación aplicada es clave para encontrar soluciones que protejan nuestros suelos y permitan su uso sostenible. En este sentido, la UOH reafirma su compromiso con el desarrollo de conocimientos y herramientas que contribuyan al bienestar de los ecosistemas y las comunidades que dependen de ellos”, finaliza la académica.