Si bien, el invierno se caracteriza por ser una estación con bajas temperaturas, su llegada también implica un aumento significativo en los riesgos de quemaduras en niños y en adultos, producto de la exposición directa al fuego, líquidos cáusticos, químicos, gases, radiación o superficies calientes.
Para la médico de la Unidad de Salud de la Universidad de O’Higgins (UOH), Carolina Silva, buena parte de las lesiones de piel sufridas en esta época del año, dentro de los hogares, obedecen al mayor uso de artefactos para calefacción residencial como estufas o chimeneas. Otras, entre tanto, resultan del aumento de enseres eléctricos y electrodomésticos como calefactores o planchas. También se dan los casos de quemaduras que se originan por fallas en instalaciones eléctricas del domicilio que, en algunos casos, se generan por la falta de mantenimiento, o bien, producto de la humedad y deshielo invernal.
Sin embargo, Silva asegura que estos riesgos pueden disminuirse en la medida en que las personas estén informadas respecto de cómo actuar frente a las amenazas del invierno dentro de los hogares y, muy especialmente, enteradas de las medidas preventivas y de seguridad más inmediatas que se deben aplicar en caso de quemaduras.
Prevenciones
La experta recomienda colocar mallas y barreras de seguridad alrededor de las estufas con al menos un metro de distancia, además de instalar estos artefactos fuera del alcance de los niños. Otras de las prevenciones importantes que advierte es alejar elementos inflamables y fuentes de calor como estufas o calefactores eléctricos. También tener cuidado con la manipulación de líquidos calientes o de hervidores, y mantenerlos en lugares seguros, para evitar quemaduras en la piel. Asimismo, alejar o proteger a los niños de hornos y cocinas, y no beber líquidos calientes con menores en brazos.
Otras recomendaciones
Para los casos de quemaduras por exposición al fuego, calor, vapor o agua caliente, la médico recomienda en primer lugar tranquilizar a la persona afectada, alejándola del elemento que produjo la quemadura. En segundo lugar, enfriar la lesión dejando correr agua fría sobre ella (agua potable desde la llave, no agua refrigerada), por al menos 10 minutos, aplicando posteriormente una compresa húmeda fría, evitando usar hielo. Silva igual sugiere quitar las prendas de vestir de la zona afectada, en la medida en que estas no estén adheridas a la piel. Posteriormente cubrir la quemadura con apósitos estériles húmedos, o con tela limpia humedecida sin comprimir. En caso de quemadura en los dedos de pies o manos, la doctora indica separarlos y cubrirlos con gasa limpia humedecida. No romper, pinchar o cortar ampollas es otra clave para proteger la piel.
Acciones por descarga eléctrica
En caso de quemaduras por exposición a la electricidad, la médico recomienda “suspender el paso de la corriente eléctrica de forma segura antes de tocar a la persona afectada. De no ser posible se debe alejar a la víctima de la fuente de energía parándose sobre una superficie seca, de goma o madera, y retirarla con un objeto seco, sin tocar directamente a la persona para evitar el paso de descarga eléctrica. Si la persona afectada no responde y no respira se debe llamar a emergencias (131) e iniciar maniobras de reanimación cardiopulmonar. Por el contrario, si la persona se encuentra consciente, habría que trasladarla al servicio de urgencias de la forma más inmediata posible”.
Para la Dra. Silva las descargas eléctricas también se pueden evitar manteniendo en buen estado la red eléctrica, no dejar enchufes o conexiones eléctricas al alcance de niños/as, instalar protectores en los tomacorrientes, evitar la sobrecarga de alargadores, y nunca estar descalzo dentro del hogar cuando se utilicen electrodomésticos.